A lo largo de los siglos siguientes, el caballo de Troya
continuó proporcionando inspiración a muchos artistas y escritores,
constituyendo uno de los temas más trabajados de la tradición épica,
expandiéndose, inclusive, en regiones asiáticas como Arabia y el norte de la
India, que estaban sujetas a la influencia clásica. Paul Barolsky lo
considera «el ancestro» de todos los monumentos ecuestres. Entre los autores
más reconocidos que dejaron obras sobre él, se encuentran Livio Andrónico,
Nevio, Giovanni Domenico Tiepolo, Giulio Romano y Lovis Corinth.
Asimismo, continuó siendo un tema para artistas y escritores contemporáneos de
todo el mundo, como por ejemplo Christopher Morley, Archibald MacLeish,
George Nick, Christopher Wool, Willie Bester, Heri Dono, Marcos
Ramírez, Epaminondas Papadopoulos, Charles Juhasz, y dio nombre a un
grupo de artistas de Puerto Rico, involucrados en el activismo social.Caballo de Troya es el título de una serie de nueve libros escritos por Juan
José Benítez que alcanzó un considerable éxito internacional.
La expresión «caballo de Troya» se ha vuelto muy popular en
la cultura actual, siempre con el sentido de un dispositivo astuto, engañoso y
peligroso, que posibilita la penetración disimulada en el territorio enemigo y
es el origen de la expresión «un presente griego», cuando se recibe algo de
apariencia agradable que puede producir consecuencias. Denomina una técnica de
negociación basada en la mentira, una estrategia militar engañosa utilizada en
muchos de los ejércitos desde la Antigüedad, y un tipo de software malicioso
informático que se disfraza de un programa legítimo para poder acceder a las
máquinas de los usuarios e iniciar la destrucción de los programas instalados,
así como robar contraseñas y operar datos de otras naturalezas. También ha
sido un tema de chistes y caricaturas así como de juguetes para los niños.